Olga Ruiz, directora de Telva, en su debut como novelista: "En las revistas se ha hecho y se sigue haciendo muy buen periodismo"
Source: EL MUNDO
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Olga Ruiz Minguito empezó a trabajar en revistas femeninas a finales de los 80. Sin embargo, ha ambientado su primera novela en la redacción de una... en 1967. Las protagonistas de 'La redacción' trabajan en 'Dana', una revista ficticia de una España que se prepara para vivir uno de sus períodos históricos más interesantes: el tardofranquismo. En ese país con ganas de todo, el personaje de Mercedes Salvatierra dirige una publicación que, entonces y muy posiblemente ahora, sería considerada, con cierto desprecio, 'una cosa de chicas'.
En la España de 2024, Olga dirige una de las 'cosas de chicas' más prestigiosas del país: la revista 'Telva'. Pero que nadie espere que 'La redacción' (Suma de Letras) sea un ajuste de cuentas con las revistas llamadas, de manera demasiado reduccionista, femeninas. Tampoco es un homenaje. No se busque usted en las páginas de 'La redacción'. A menos que se llame Luis María Ansón o Pilar Primo de Rivera.
"Nunca más en mi vida vuelvo a escribir un libro", se dijo Olga Ruiz Minguito tras publicar en 2003 'Todo por un hijo: la revolución de las nuevas madres'. Sin embargo, terminaron convenciéndola para escribir una ficción sobre un mundo que conoce bien y que siempre pensó que merecía ser contado. Unos años más tarde de aquella propuesta, más bien reto, 'La redacción' llega a las librerías.
"Me he tomado la libertad de concentrar en unos pocos meses acontecimientos que tuvieron lugar a lo largo de dos años", reza la muy oportuna nota de la autora que uno encuentra nada más abrir el libro. Eso le permite a Ruiz Minguito convertir a sus personajes en testigos, e incluso participantes, de ciertos acontecimientos históricos, algunos no demasiado conocidos. "Hay una serie de cosas que ocurrieron realmente. En el pequeño convoy de periodistas que viajaron a un hospital de campaña en Vietnam, por ejemplo, no había ninguna mujer y menos aún una relaciones públicas de una revista". La Pilarín Ordiola de 'La redacción' sí viaja a Vietnam. Ella, como sus compañeras, busca historias. "Son pioneras y lo saben. Por eso tienen tanta ambición y quieren comerse el mundo".
En su novela, Olga Ruiz Minguito retrata un país menos gris y tenebroso que el que otros autores han querido pintar. "Lo que se ha trasladado de las élites españolas es "Milana bonita". Lo que conocemos son unas élites terribles, prácticamente medievales y con muy poca formación. Y no todas las clases altas que había en España eran religiosas, conservadoras, inmovilistas... Había una élite muy liberal, que se había educado fuera, que tenía amigos fuera. La píldora anticonceptiva ya existía, aunque aquí sólo se podía pautar para mujeres que tenían algún problema de salud..., pero también se utilizaba como método anticonceptivo".
Las trabajadoras de 'Dana' pertenecen a "una primera generación de mujeres que tienen acceso a los estudios. Saben quién es Mary Quant y quién es Pertegaz y quieren vivir desde la primera línea lo que ocurre en el mundo y conocer a los personajes más fascinantes". Son aspiracionales pero no imposibles. Algunas son simpáticas y otras no tanto. "He intentado ser generosa con ellas", dice la autora. "Hasta las que son tremendamente malas y odiosas tienen en su vida un motivo mayor que las conduce a eso".
"El microcosmos de esa redacción es una representación de lo que ocurre en la sociedad", asegura. "Hay mujeres que siguen las reglas, pero otras las rompen". Trabajar estando casada era, en sí mismo, una ruptura de ese orden establecido. "Las mujeres cuando se casaban volvían a la casa" y, si excepcionalmente escribían para una publicación, "las apartaban a las secciones supuestamente femeninas, como la moda o la belleza".
Y sin embargo, en esas secciones "menores" y esas revistas poco valoradas "se ha hecho y se sigue haciendo muy buen periodismo. Muy bueno y muy malo, igual que en los periódicos". Otras revistas, "además de tener a muchos de los mejores fotógrafos del mundo, tenían a gente muy buena escribiendo historias". Truman Capote o Dorothy Parker colaboraban asiduamente en ese tipo de prensa. Olga Ruiz Minguito recuerda otros nombres legendarios en las páginas de algunas de las revistas en las que ha escrito: "En la primera publicación en la que trabajé, teníamos a Elena Arnedo de colaboradora. Sus artículos eran absolutamente revolucionarios. Ella entendía que la salud sexual y la sexualidad de las mujeres son mucho más amplias que tener hijos".
Arnedo, impulsora de los primeros centros de planificación familiar españoles, pertenece a la misma generación que las protagonistas de 'La redacción'. La madre de la autora también, pero su historia es muy distinta. "Mi madre es la pequeña de siete hermanos. Se quedó huérfana cuando el mayor tenía 14 años y, cuando cumplió 18, mi tío le consiguió un trabajo en un despacho donde la llamaban 'Pilarín' y le pagaban con bombones y flores. 'Esto no es lo que yo quiero', dijo mi madre, 'yo no trabajo para realizarme, trabajo porque quiero trabajar y porque quiero que me paguen, porque quiero traer dinero a casa y quiero tener independencia económica'".
Las siguientes tuvieron las cosas algo más fáciles. "Mi sensación es que las mujeres de mi generación somos las primeras que mayoritariamente pudimos estudiar lo que quisimos y trabajar prácticamente donde queríamos. Y eso nos lo dio la formación", dice Olga, que afirma tajante que "la educación es lo que te hace poder elegir". A ella esa educación y las mismas ganas de contar historias que las de las protagonistas de 'La redacción' la han llevado a dirigir una de las revistas femeninas más veteranas e importantes de España. Desde su puesto de directora de 'Telva', Olga Ruiz Minguito reflexiona sobre la situación actual de su sector: "Se está perdiendo el gusto por la forma, por que las cosas estén bien escritas. Creo que existe un consumidor que va perdiendo esa exigencia de que las cosas estén bien hechas. Se ha sobrevalorado la cantidad de contenido y se ha menospreciado el conocimiento, que es lo más importante que tenemos los periodistas".