El Salvador experimenta transformación penitenciaria con Plan Cero Ocio
Source: Diario Digital Nuestro País
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San Salvador, 21 may (Xinhua) -- El Salvador vive en los últimos años una transformación significativa dentro de su sistema penitenciario bajo el auspicio del Plan Cero Ocio, una iniciativa del Gobierno que busca convertir las cárceles en espacios de reinserción social y productiva.
En el Centro Industrial Santa Ana, una de las granjas penitenciarias del país, ubicada a poco más de 70 kilómetros de la capital salvadoreña, unos 6.000 reclusos aprenden nuevas habilidades para contribuir a la comunidad con su trabajo y prepararse para una vida honrada fuera de prisión, lo que ejemplifica la implementación exitosa del Plan, parte de la estrategia de seguridad del país centroamericano.
Samuel Díaz, director del Centro Industrial, explicó a Xinhua que en la granja los reclusos desarrollan varias labores productivas que benefician a la comunidad, las instituciones públicas y su propio autoconsumo dentro del recinto.
En la nave industrial de la granja se elaboran diariamente 500 pupitres en convenio con el Ministerio de Educación, para su uso en las escuelas públicas del país.
Además, según subrayó Díaz, los reclusos fabrican otros tipos de muebles, incluyendo aquellos utilizados en la Biblioteca Nacional y otras entidades públicas o de interés social, y participan en labores agrícolas y de cría de animales.
"Tenemos cultivos en casas mayas, en la cual los privados de libertad con capacidades empiezan a hacer los cultivos, ya sea dentro de la casa maya o a la intemperie. También tenemos la crianza de cerdo, conejos, aves, en la que a las personas se les especializa para que puedan aprender el oficio del cuidado de los animales", detalló Díaz.
Para el director del Centro Industrial Santa Ana, las labores que desempeñan los reclusos en Fase de Confianza, en el marco del Plan Cero Ocio, les brinda conocimientos técnicos que pueden aplicar una vez recuperen su libertad.
El Plan Cero Ocio es una de las iniciativas del Gobierno salvadoreño para romper con el clima de violencia, crimen e inseguridad que caracterizó al país centroamericano en décadas pasadas, y convertirlo en un país seguro, lo que incluye tener un sistema penitenciario "en un modelo de orden, control y disciplina", que favorezca la reinserción social.
Los internos en la Fase de Confianza que participan del programa han apoyado con su trabajo también en "la limpieza de playas, la reparación de centros educativos y su mobiliario, hospitales de la red de salud pública, infraestructura policial, viviendas para familias de escasos recursos y otras acciones en beneficio de la comunidad", de acuerdo con la información oficial.
Díaz comentó que el proceso de selección para que los privados de la libertad de El Salvador participen en el Plan es riguroso y bien coordinado, atendiendo al delito por el que fueron condenados, el tiempo de pena cumplido y la conducta mostrada.
Todos los reclusos participantes de la iniciativa son reclusos "civiles", sin vinculación alguna a las pandillas u organizaciones criminales responsables de la violencia que reinó en el país y que el Gobierno salvadoreño busca erradicar mediante su "guerra contra las pandillas".
"El Plan Cero Ocio es un plan bien coordinado en el sentido de que estas personas vienen de un centro de aprendizaje. Se clasifican conforme a sus cualidades y en lo que se desempeñaban cuando estaban fuera, en la vida libre, y posteriormente por las habilidades que ellos han aprendido acá dentro del sistema penitenciario", dijo el directivo.
Tal clasificación permite a los reclusos maximizar su potencial y adquirir habilidades técnicas que les serán útiles en su vida pospenitenciaria, destacó el recluso Gabriel Sánchez, quien consideró que participar en el Plan Cero Ocio representa "una oportunidad invaluable" para cambiar su vida.
Condenado por el delito de "robo simple", afirmó que lo aprendido en el Centro Industrial le ha servido bastante y espera que lo que hace actualmente le sirva en libertad para ganarse la vida honradamente y poder estudiar en la universidad.
Sánchez resaltó la importancia del Plan para la reinserción social, su mejoramiento como persona y la reparación del daño, en parte, que causó a la sociedad al delinquir.
De manera similar, Silas Peraza, condenado por cohecho, también exaltó los beneficios del programa.
"Llevo siete años en prisión y me ha ayudado muchísimo el hecho de estar en un área laboral, el estar dentro de este Centro Industrial y en las diferentes etapas donde he estado porque siempre me he mantenido ocupado", dijo, al tiempo que celebró que el trabajo no sólo le proporcione habilidades, sino que además contribuya a la reducción de su condena.
Para Sánchez y Peraza, el Plan Cero Ocio les da esperanzas sobre su futura vida en libertad, a la vez que potencia una mejor gestión penitenciaria y una transformación social que fomenta la reintegración de los reclusos.
Todo ello, coincidieron, puede contribuir a reducir la reincidencia delictiva y a construir "un futuro más seguro y productivo para todos".