"Lo que más nos empodera es la educación": María Clara Ospina | El Nuevo Siglo
Source: EL NUEVO SIGLO
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Con una pluma impecable, Ospina relata en estas páginas cómo las mujeres de todas las tendencias políticas, desde la extrema derecha, con Bertha Hernández de Ospina, hasta la extrema izquierda, con María Cano, lucharon por un propósito común: lograr la igualdad con el hombre.
La autora, en entrevista con EL NUEVO SIGLO, manifestó: "A ellas les tocó muy duro conseguir que la mujer tuviera protagonismo. El voto fue solo el comienzo, se necesita más presencia femenina en política y en todos los espacios de la vida, las ciencias, la academia, las fuerzas armadas, las cortes o donde ellas quieran".
Ospina es una de las escritoras más destacadas del país. Su poesía ha sido incluida en diferentes antologías: "El vuelo del cóndor" (es el único libro de poesía colombiana traducido al mandarín), "Poesía colombiana del siglo XX escrita por mujeres", "Ellas cantan", "La vida es bella" y "Resistir".
Además, es miembro de la Academia de Historia de Bogotá y de la Academia Bolivariana de Colombia.
EL NUEVO SIGLO: ¿Cuál es la propuesta literaria con "La revolución de las sufragistas"?
MARÍA CLARA OSPINA: Es mostrarle a la mujer lo difícil que fue obtener el derecho al voto en Colombia y en el mundo. Colombia fue uno de los últimos países en Latinoamérica en reconocer a la mujer como ciudadana, con derecho a votar, elegir y ser electa. Fíjese que este es uno de los derechos que debimos tener desde siempre, porque somos la mitad de la humanidad; en realidad, en este momento somos mayoría, con el 51 % de la población global. Esta fue una gran injusticia contra la mujer. Entonces, la intención es que se conozca la historia, a través de la gesta de estas 10 mujeres colombianas muy significativas, quienes con su esfuerzo y determinación lograron que la mujer pudiera ejercer su derecho al voto.
ENS: De acuerdo con su investigación, ¿cómo fue la lucha de las 10 mujeres que usted cita en el libro?
MCO: Con cada mujer fue distinta, aunque ellas no fueron las únicas líderes sufragistas, sin duda fueron muchas más, pero seleccioné a estas 10 por el impacto que tuvieron en la sociedad, antes y después de haber obtenido el voto, es decir, más allá del liderazgo normal fueron mujeres que dejaron una importante huella en el país, cada una a su manera. Por ejemplo, la primera que analizo en este libro, Soledad Acosta, quien nació en 1833, no fue realmente una sufragista, movimiento que aún no existía, pero fue una mujer que con su gran obra literaria logró dar un papel muy relevante a la mujer como protagonista.
La revolución de las sufragistas en Colombia, su constancia y su esfuerzo, lograron obtener para las colombianas el derecho a la misma educación que tenían los hombre, el derecho a salir de sus casa a trabajar, a ejercer trabajos de responsabilidad y a administrar su salario, su herencia y todas sus pertenencia, sin interferencia de sus hombres; el derecho a salir del país sin permiso de su marido, además del muy importante derecho a compartir la patria potestad de los hijos, que era exclusiva del marido, entre otros importantes derechos.
ENS: ¿En qué momento nació la idea de escribir un libro de este nivel?
MCO: Este libro lo venía pensando de un tiempo atrás, porque veía que se estaba perdiendo la memoria de las sufragistas, especialmente de las conservadoras. Se hablaba y escribía en la prensa y otros medios sobre las sufragistas liberales, como Esmeralda Arboleda o como María Cano la socialista, pero las conservadoras eran ignoradas. A mi madre, Bertha Hernández de Ospina, la habían borrado completamente, entonces dije: "No, esto no puede ser, tengo que recuperar la verdad y mostrar que hubo acción y unión entre mujeres de todos los partidos". Quise recuperar la memoria de las conservadoras que fueron parte muy importante de esta 'revolución'. La idea es que los colombianos conozcan de este movimiento como realmente fue. En mi libro hay liberales y conservadoras; entre las conservadoras están, además de Bertha Hernández, Teresa Santamaría y Josefina Valencia, quien fue la primera gobernadora y ministra en Colombia, fue gobernadora del Cauca y ministra de Educación.
Las diez mujeres estudiadas en el libro tienen una característica común: todas pertenecieron a familias destacadas, algunas con raíces en la gesta libertadora; ellas tuvieron acceso a una educación poco común en esa época, además supieron utilizar la importancia de sus familias en la lucha por el sufragio femenino. Lograron convertirse en lideres antes y después de obtener el voto. De hecho, después de obtenerlo, muchas de ellas fueron jefes destacadas de sus partidos políticos, congresistas, diplomáticas y, algunas, importantes escritoras y columnistas con gran influencia en el país.
ENS: Luego de conocer estas historias, ¿hubo una que influyó en usted como escritora?
MCO: Indudablemente mi madre, "Doña Bertha". Pero admiro el valor, la constancia y la disciplina de todas. No obstante, me gustaría que se entienda que el voto fue solo el comienzo. Las mujeres tenemos que estar permanentemente activas, para ejercer nuestra igualdad de derechos con el hombre. Que las mujeres entiendan que apenas estamos empezando. Una de las frases que más me gustan y que resalto es la de mi madre: "Votar es solo el comienzo, hay que participar en política para gobernar; si no, jamás seremos verdaderamente iguales a los hombres". Nada sacamos con votar y que las mujeres no participen en la política, en la toma de decisiones, sobre la salud, sobre la educación, la legislación, en fin, en todos los espacios de la vida.
ENS: Pero actualmente hay mujeres participando en la política...
MCO: Sí, pero en el Congreso, por ejemplo, somos menos del 30 %, cuando en la nación sumamos el 51 %. Todavía nos falta muchísimo. Pero también hemos ganado mucho, por ejemplo, ahora somos el 51 % en las universidades. Así que mi mensaje es: ¡sigamos adelante!
ENS: ¿Y según su opinión cuál sería el camino para llegar a esa igualdad?
MCO: Más educación, más constancia, más seguridad en nosotras mismas y mucho valor. Una de las cosas que los hombres tienen es la constancia, pero, sin duda, lo que más nos empodera es la educación. La mujer debe aprender a pensar por sí misma, a ser independiente en sus actos y a ser responsable por ellos. Ella es la única dueña de su destino.