Rafael Dudamel y sus muchachos, hérores eternos
Source: www.vanguardia.com
AMDEP3218. BOGOTÁ (COLOMBIA), 15/06/2024.- El técnico Rafael Dudamel (c-abajo) y los jugadores de Bucaramanga celebran su triunfo este sábado, en un partido de la final de la Primera División colombiana entre Santa Fe y Atlético Bucaramanga en el estadio Nemesio Camacho El Campín en Bogotá (Colombia). EFE/ Carlos Ortega
Los abrazos interminables entre los jugadores en el terreno de juego, los puños cerrados en señal de poder, el llanto que nace de la alegría y por encima de todo y de todos, el trofeo de campeón de la Liga BetPlay I de 2024 del fútbol colombiano.
Las miradas al cielo no se hicieron esperar, no solo de los protagonistas de la gesta en el estadio El Campín de Bogotá, sino en los diferentes rincones de Santander, Colombia y el mundo, donde 'la hinchada más fiel del planeta' sintió ese nudo en la garganta, producto de la mezcla de la nostalgia con la alegría al recordar a ese ser querido que partió con la esperanza de ver a su querido Atlético Bucaramanga campeón.
Fueron muchos los jugadores que lo intentaron, algunos de ellos hoy celebran desde el cielo y otros, que en su andar evidencian el pasar de los años y de las patadas de aquellas épocas de 'cortos', ahora no pueden evitar que las lágrimas rueden por sus mejillas.
El equipo celestial búcaro, con Américo Montanini y Hermán 'El Cuca' Aceros a la cabeza, sonríe por la llegada del anhelado día, así como Jorge Ramoa, Jesús 'El Kiko' Barrios, Miguel Oswaldo González y Misael 'El Papo' Flórez, algunos de los futbolistas que estuvieron cerca y que desde el rol de hinchas festejan la consecución de la 'gambeteadora estrella'.
Esa que después de 75 años, un mes y cinco días, Rafael Dudamel, con sus sabios planteamientos; Jéfferson Mena, con su fiereza para defender; Fabry Castro, con el equilibrio en la mitad del campo; Fabián Sambueza, con la magia heredada de los ídolos argentinos del equipo; y Daniel Mosquera, con su potencia y goles, se encargaron de alcanzar, sostenidos por una ciudad y un departamento que se volcó para impulsar al 'Leopardo'.
El equipo, sin duda, sintió esa energía de los aficionados, que empezaron la campaña con incertidumbre, pero que se dejaron contagiar por una escuadra que, como pregonaba el legendario entrenador antioqueño Gabriel Ochoa Uribe, quien sostenía que los clubes ganadores se armaban de atrás hacia adelante, se apoyó en la seguridad defensiva.
La escuadra búcara adquirió una mística nunca antes vista. En casa, se hizo imbatible y por fuera de su feudo se transformó en un rival incómodo, que plantaba cara y lograba los resultados. Los denominados clubes grandes, entre ellos Nacional, Millonarios, América y Cali, cedieron ante la disciplina táctica de Rafael Dudamel y sus muchachos.
La posibilidad de conseguir el título se hizo evidente con el pasar de los partidos. Al buen desempeño, los resultados destacados y el hambre de éxito que demostraban los jugadores, se sumaron hechos llamativos, como el invicto histórico de 14 fechas, la valla menos vencida, el liderato en la fase de todos contra todos y la conexión entre el equipo, los directivos, la afición y la prensa.
Rafael Dudamel se encargó de convencer a propios y extraños de que era posible "soñar juntos" y que "cuando dejemos de botar sudor y empecemos a sangrar, ahí vamos a parar, vamos a luchar hasta el último punto, hasta el final".
Atlético Bucaramanga luchó hasta el final y de qué manera, ganando el Grupo A de los cuadrangulares semifinales, con los tres últimos campeones: Junior, Millonarios y Pereira, y después superando en la gran final a Independiente Santa Fe, el primer campeón de Colombia.
La final de ida, en la 'Ciudad Bonita', fue muy disputada, sin embargo, el Atlético sacó una ventaja, que fue mínima (1-0), pero que debió ser más larga de no ser por la falta de contundencia y las atajadas de Andrés Mosquera Marmolejo, curiosamente el arquero del ascenso búcaro en 2015.
Freddy Hinestroza encontró la llave del gol, para que 'El Leopardo' viajara a la capital de la República con la tranquilidad de tener tres puntos en el bolsillo.
En el estadio El Campín de Bogotá, donde Atlético Nacional ganó la Copa Libertadores de 1989 y la selección Colombia festejó la Copa Libertadores de 2001, Atlético Bucaramanga conquistó su primera estrella, con una alta dosis de sufrimiento y siendo fiel a su estilo.
Porque si no se sufre, no es el Atlético Bucaramanga. Se fue abajo en el marcador, con anotación de Hugo Rodallega, pero luego dio vuelta al resultado, con aciertos de Jhon Émerson Córdoba y Daniel Mosquera.
La estrella estaba muy cerca, pero en el cierre del partido Santa Fe, con su juego aéreo se llevó la victoria, gracias a los goles de Julián Millán y Agustín Rodríguez.
En los cobros desde el punto penalti, los 'Leopardos' fueron más efectivos, ejecutaron con precisión y jerarquía, además de que contaron con la extraordinaria actuación de Aldair Quintana, quien atajó dos penaltis, vitales para la estrella.
'El Leopardo' superó al 'León' y ahora, como bien sostiene José Ordóñez, 'embajador de los hinchas de Atlético Bucaramanga, el equipo va "rumbo a la Libertadores", certamen al que regresará después de 27 años.
Y regresa con todos los honores, siendo líder en la primera fase, ganando el 'grupo de la muerte' y doblegando a Santa Fe, otro de los históricos, en Bogotá, una plaza siempre difícil para el club 'auriverde', pero que en este semestre se transformó en aliado.
En el día de los padres, Atlético Bucaramanga es el papá del fútbol colombiano.